El dron Targus, una versión no tripulada del avión de reconocimiento y vigilancia marítima del mismo nombre, ha iniciado pruebas de vuelo en la base lucense de Rozas con un piloto a bordo para las maniobras de despegue y aterrizaje, informa Indra, la empresa que desarrolla el proyecto.
En junio y julio, el Targus ya efectuó una primera serie de pruebas en las que "se demostró su capacidad para ser pilotado en remoto desde tierra y volar de forma autónoma, siguiendo una serie de puntos predefinidos", subraya Indra en un comunicado.
Añade que el dron, de 1,25 toneladas de peso y 11 metros de envergadura, estñ equipado con un "sofisticado radar" y varias "cámaras electroópticas e infrarrojas giro-estabilizada que recogen y envían datos a la estación de control en tiempo real".
Indra indica que el Targus, que define como "una aeronave opcionalmente pilotada", realiza todas las pruebas de esta campaña "con un piloto a bordo que se encarga de llevar a cabo la maniobra de despegue y aterrizaje y de ceder a la estación de control en tierra el mando de la aeronave una vez en el aire".
El avión, desarrollado en colaboración con la Xunta, permitirá "cumplir misiones de búsqueda y rescate, apoyar la extinción de incendios, protección medioambiental y del territorio y control de usos del suelo", apunta la nota.
Las pruebas de la aeronave se llevan a cabo con varios meses de retraso sobre la planificación prevista, después de que en marzo de 2016 el entonces director general de defensa y seguridad de Indra, José Manuel Pujazón Arza, anunciase la intención de montar una planta de ensamblaje del dron en el aeródromo de Rozas "si se consiguen vender doce unidades".
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